Godzilla
Es
normal cuando una franquicia cinematográfica va perdiendo fuerza que vuelva a
sus orígenes, como pasó con Batman
Begins de Christopher Nolan, una excelente película que vino después de
la pésima Batman y Robin de Joel Schumacher. En el caso de Godzilla todos
recordarán la desastrosa versión de Roland Emmerich de 1998, una versión tan
mala que dejó a este monstruo en el olvido por bastante tiempo.
Menos
mal que recapacitaron y se concentraron en hacer una gran historia, retomando sus
raíces japonesas y consiguiendo un resultado más sólido en todos sus puntos. Ya
desde el inicio uno puede notar como la historia regresa a Japón y nos hace
recordar un poco al primer film de Godzilla llamado Gojira
dirigida por Inoshiro Honda en 1954.
Gareth
Edwards (Monstruos) nos presenta un Godzilla más realista, sin tantos
efectos visuales innecesarios como le encanta a Hollywood, sale solo cuando es
necesario. Hace varias décadas, un monstruo marino creado por mutaciones
radioactivas provocadas por el hombre pelea contra otras criaturas que amenazan
la vida en todo el planeta.
El
diseño de cada uno de los monstruos es impresionante e intimidan a todo aquel
que se cruza en su camino, menos a Godzilla por supuesto. Los efectos
visuales son sorprendentes y trabajan a favor de la historia, dando un ligero
toque post-apocalíptico al ambiente que resulta favorable al relato.
La
elección de actores fue acertada, y a pesar de que Ken Watanabe es un actor
extraordinario no entiendo porque estuvo con cara de asombro desde el inicio de
la película, tal vez desde que le dieron el papel puso esa cara, esto fue lo
único que me disgustó del film.
Muchos
recordarán al protagonista Aaron
Taylor-Johnson por su papel en Kick-Ass, y debo decir que realizó
un muy buen trabajo como el soldado Ford Brady. Junto a él, otro grupo
conformado por Juliette Binoche, Bryan Cranston (Quien lo hizo genial), Ken
Watanabe, Sally Hawkins, Elizabeth Olsen y David Strathairn logran darle
credibilidad a esta nueva historia de Godzilla de la que ya espero su
segunda parte.
Lo
interesante fue el uso de las tomas en contrapicado para mostrar la grandeza de
cada uno de los monstruos y mostrar lo insignificante que es el ser humano ante
ellos. La banda sonora logra darle un toque más dramático a la trama y cuando
sale
Godzilla la música me resultó muy parecida a la compuesta por John
Williams en Tiburón.
Nelson Chacón
@cinesinfrontera
Nelson Chacón
@cinesinfrontera
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